Soy común a ti, separados por la lengua, la tradición y la historia.
Nos une, igual que Ícaro al vuelo, las anclas que rompemos con nuestras destartaladas manos.
Si te preguntas qué conozco de ti, diré que conozco el aliento y la lucha por el ingrávido fruto de un bosque oculto bajo los versos de Rubén Darío.
El azul es la excusa para la búsqueda de tu rostro en las diáfanas nubes, la razón es la soledad que el lenguaje arraiga en el mío tan surcado por este libro inconcluso que son los días.
No preguntes más, seamos el compartido suceso de lo innombrable.
Alejandrovski Velchaninov
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